lunes, 19 de marzo de 2018

* Manualidades del alumnado de Religión sobre la Semana Santa - Diócesis de Guadix

"CEIP San Isidro Labrador" de Cuevas del Campo. Fotos de la profesora María Rosario.




"CEIP La Santa Cruz" Moreda. Alumnos de 5º y 6º primaria. Fotos de la profesora María Isabel Vílchez.






IES de Alquife. Fotos de la profesor José Carlos Valle.




















"CEIP Medina Olmos" Guadix. Fotos de la profesora Ana Olmos.















"CEIP Medina Olmos" Guadix. Foto de la profesora Ana Olmos.
"CEIP Medina Olmos" Guadix. Foto de la profesora Ana Olmos.
"CEIP Medina Olmos" Guadix. Foto de la profesora Ana Olmos.
"CEIP Medina Olmos" Guadix. Foto de la profesora Ana Olmos.
"CEIP Cristóbal de Arce". Foto de la profesora María Isabel Vílchez.
"CEIP Cristóbal de Arce". Foto de la profesora María Isabel Vílchez.
"CEIP Cristóbal de Arce". Foto de la profesora María Isabel Vílchez.

"CEIP Cristóbal de Arce". Foto de la profesora María Isabel Vílchez.
"CEIP Padre Manjón" de Pedro Martínez. Foto de la profesora Magdalena Morante.
"CEIP Padre Manjón" de Pedro Martínez. Foto de la profesora Magdalena Morante.

"CEIP Padre Manjón" de Pedro Martínez. Foto de la profesora Magdalena Morante.

viernes, 16 de marzo de 2018

* MISI - Evangelio del domingo V Cuaresma Jn 12, 20-33 "Producirá fruto abundante"

Jn 12,20-33: Si el grano de trigo cae en tierra y muerte, da mucho fruto.

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándosela Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:

- «Señor, quisiéramos ver a Jesús.»

Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.

Jesús les contestó:

- «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.

Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este, mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera ser­virme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi ser­vidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.

Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.»

Entonces vino una voz del cielo:

-«Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.»

La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.

Jesús tomó la palabra y dijo:

-«Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Aho­ra va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.»

Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba morir.