lunes, 8 de mayo de 2017

* A PROPOSITO DE LA CAMPAÑA “ME APUNTO A RELIGIÓN”



Guadix 8 de mayo 2017

A PROPOSITO DE LA CAMPAÑA “ME APUNTO A RELIGIÓN”

En tanto que Delegada Episcopal de Enseñanza de la Diócesis de Guadix me llegan ecos en estos días de que en algunos Centros, de manera solapada o directa, se está haciendo campaña para que los niños no se apunten a Religión Católica. 

Reflexionando sobre este hecho, me ha parecido bien ofreceros algunas orientaciones por si os ayudan y, al mismo tiempo, abrir en este blog, una sesión de posibles sugerencias que también vosotros en tanto que profesores y personas que estáis en el terreno, podáis ofreceros mutuamente como buenas prácticas. 

Sabéis la campaña que ha lanzado la Comisión Episcopal de Enseñanza en los Medios, de la que en su debido tiempo os informé. También en estos días, habéis recibido los carteles que tanto la CEE y La Secretaría Técnica de los Obispos del Sur han confeccionado al respecto, acompañada de una carta mía explicativa.
Entonces me diréis ¿Y ahora qué? Pues se me ocurre que deberíamos evitar dos extremos y utilizar una estrategia.

Un extremo sería el del retirarnos acomplejados dejándonos contaminar de las ideas que circulan sobre la clase de Religión como un privilegio de la Iglesia Católica y que no es propio de un Estado no-confesional, que muchos en su ignorancia confunden indistintamente con un Estado laico. Creo que de este punto hemos hablado en distintos escritos y encuentros. No voy a abundar mucho en ello. Sólo recordaros que la formación religiosa es un derecho de los padres, no del Estado. El Estado tiene la obligación no sólo de permitir que este derecho se desarrolle en la escuela, sino también de que se garantice debidamente. La Constitución Española refrenda este derecho, asumiendo lo que ya se garantiza en los grandes tratados internacionales como derecho fundamental de todos los padres. 

Por otro lado, que el Estado sea no-confesional, no quiere decir que esté contra cualquier clase de confesión religiosa, sino que el Estado no tiene una confesionalidad religiosa propia y única a la que acudiera en su acción de gobierno. Se define como aconfesional para poder garantizar la libertad de todos los ciudadanos. De hecho la religión Islámica, Judía y Evangélica tienen también Acuerdos respectivos con el Estado español.

El otro extremo sería hacer una batalla o cruzada en los claustros, utilizando los medios que censuramos en otros. El tema está muy ideologizado, crea mucha crispación mediática y se presta a descalificaciones y diálogos de sordos en los que tenemos las de perder, porque nuestras armas deben ser siempre las de la verdad, el respeto, el diálogo, la argumentación y el bien del alumno.

Por ello, la estrategia que se me ofrece es interesar a compañeros del Claustro y del Equipo directivo que conocemos que pueden compartir el alcance de nuestra preocupación y las razones que las fundamentan, por el bien de los niños y, en un diálogo sereno y bis a bis, ganarlos para la causa, dando argumentos y razones del bien de nuestra propuesta. Pedirles que ellos hablen con los padres de sus alumnos; que, llegado el caso de una votación en el claustro, sepan defender la bondad de la clase de Religión para la Educación integral de niños y jóvenes.

Que ellos os vean, al mismo tiempo, que sois los compañeros más disponibles y colaboradores; los que mejor cumplís con vuestro deber de profesor y a quienes los alumnos os buscan porque confían en vosotros. Las obras deben dar testimonios de lo que defendemos. Este lenguaje se lo he pedido prestado a San Pedro Poveda que vivió también tiempos difíciles en el ámbito de la educación.


Espero que esta reflexión pueda abrir un foro en el Blog que enriquezca las ideas y aporte iniciativas.

Maribel Sancho

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